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¿Qué les pasa a los Bocadillos en Nuestro Cuerpo?
Después del refrigerio o almuerzo, hable sobre lo que ocurre con los alimentos dentro del cuerpo. Pida a los niños que compartan sus ideas.

Aclare el concepto con esta explicación de la digestión. Ejemplifique con imágenes, como las del libro que se recomienda en esta página o haga una ampliación de la imagen que se muestra arriba (consulte la sección Materiales descargables: enlace ¿Qué le pasa al bocadillo en nuestro cuerpo?). Tenga a mano un cordel de 15 pies de largo para representar la longitud de los intestinos de un niño o niña.

Al masticar los alimentos, los rompemos en pedacitos que pasan por el esófago, que parece un tubo, y llegan al estómago. El estómago transforma estos pedacitos en una pasta líquida que pasa al intestino delgado, donde se descompone en partículas tan pequeñas que no se pueden ver a simple vista. Estas diminutas partículas se denominan nutrientes. Los nutrientes pasan a la sangre y recorren todo el cuerpo hasta llegar a los lugares donde son necesarios. Cuando tomamos leche, el calcio, un nutriente que la leche contiene, pasa a la sangre. Luego, se transporta hasta los huesos y dientes para fortificarlos y ayudarlos a crecer. Las partículas del alimento que el cuerpo no necesita van al intestino grueso; cuando vamos al baño, nos deshacemos de esos desechos.

Un buen libro para ampliar este tema es Everyone Poops de Taro Gomi (Kane/Miller, 1993).

Menos Refrescos, más Leche
Gracias a los diversos nutrientes que contiene, la leche es la mejor bebida para los niños. Pero una tendencia alarmante indica que los refrescos y las bebidas con sabores de frutas reemplazan a la leche aun en las dietas de los niños pequeños. Según encuestas realizadas en los últimos años por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, los niños menores de 5 años beben cada vez más refrescos, mientras que la cantidad de leche que consumen es cada vez menor.

Otras encuestas nacionales indican que los niños que no consumen calcio suficiente son aquéllos que ingieren menos cantidades de lácteos. Las verduras contienen cierta cantidad de calcio, pero su hijo o hija necesitaría comer seis tazas de brócoli para ingerir el calcio que contiene 1 taza de leche.

La Verdad Sobre los Alimentos Fortificados con Calcio
Parece que todos los meses se inventa un nuevo producto fortificado con calcio: jugo de naranja, barras de cereal, bebidas de frutas y demás. ¿Son éstas buenas fuentes de calcio? Los expertos en nutrición insisten en consumir lácteos para el aporte de calcio.

El cuerpo absorbe esta forma de calcio más fácilmente. Además, la vitamina D que contiene la leche ayuda en el proceso. No obstante, los alimentos fortificados con calcio son una alternativa razonable si su hijo o hija es alérgico a la proteína de la leche, presenta intolerancia a la lactosa, o rechaza los lacteos. Consulte a su médico antes de eliminar los productos lácteos de la dieta de su hijo o hija.

El grupo de alimentos proteicos también es importante
El grupo de alimentos proteicos incluye la carne, el pescado, las aves, los huevos, los frijoles, los guisantes y las nueces. No dude en preparar los alimentos proteicos que su familia prefiera. Los cacahuates picados en un platillo sofrito, los frijoles en sopa de verduras o el hummus para untar galletas saladas son fuentes de proteínas. Quizá deba cocinar la carne un poco más que lo habitual hasta que su hijo o hija se acostumbre a su textura y sabor. Déjelos decidir qué cantidad de alimentos proteicos quieren comer (o si no desea comerla). Recuerde que el apetito de los niños pequeños varía día a día. Con el transcurso del tiempo, los niños se acostumbran al sabor de la mayoría de los alimentos.

¿Entera, Descremada o Parcialmente Descremada?
Todos los tipos de leche, ya sea leche entera, descremada (sin grasa), con 1% ó 2% de grasa, tienen las mismas cantidades de vitaminas y minerales. Por lo tanto, son opciones saludables para los niños de más de 2 años. Los niños de 1 a 2 años deben consumir sólo leche entera. Una vez que su hijo o hija haya cumplido dos años, puede alternar gradualmente leche entera con leche baja en grasa.